11/13/2006



Un momento presente visitando el pasado.

Juntarme con mis compañeras de la infancia y de la adolescencia (después de 38 años) fue un momento de suspensión en el tiempo.
Desde que llegamos tuve esa sensación de danza circular; pasado – presente – presente - pasado. Y se fue instalando y permaneció todo el día. Simultáneamente en el presente y en el pasado.
Ahí estábamos nueve de nosotras, ex - compañeras de colegio. El resto no llegó. Algunas nos habíamos vimos hace unos diez años y otras no nos habíamos visto hace ya treinta y ocho años.
Las experiencias vividas en estos años, ciertamente nos han ido transformando. Todas hemos “evolucionado”, vivido situaciones que nos han afectado y hemos aprendido y cambiado en algún sentido o en otro. El cambio físico, es obviamente el más fácil de observar. Sin embargo hay algo que permanece presente en cada una que no es diferente a cuando teníamos 10, 12, 15 ,18 años.
Al mirarnos y abrazarnos fue imposible no reconocer esa esencia, única que aún permanece en cada una de nosotras. Eso no ha cambiado, ni cambiará jamás. Lo que hace que cada una de nosotras sea ese ser irrepetible y maravilloso, permanece. Estuvo todo el tiempo presente y se expresó en las sonrisas, en las miradas, en las palabras y gestos de cada una de nosotras. Y desde ahí me encontré con ellas y las sentí unidas a mi y viví el amor que nos tenemos y que parecía que habíamos olvidado con los años.

Hablamos del pasado, recordamos experiencias juntas, nos pusimos al día en nuestras historias de vida. Y cada una estaba ahí con su cuerpo, su mente, su espíritu, desde la excitación, compartiendo una vez más, después de tantos años una experiencia única en el colegio. Emocionando juntas, hablando juntas, siendo juntas. Cada una experimentando ese momento desde si misma, presentes y recordando. Alegría, tristeza, silencio, alborozo.

Y llego el momento de ponernos de acuerdo acerca del futuro. ¿Cuándo nos vemos de nuevo? ¿Dónde? ¿Santiago? ¡No, por favor, vengan ustedes a Viña mejor!. ¡No a mi me da miedo ir a Santiago, te roban en cada minuto! No, yo me pierdo siempre, no se llegar! ¡Si, pero es entretenido perderse, al final uno siempre se encuentra. ¿Alguien puede manejar y llevar a las demás? Si, pero tendríamos que ir en dos autos... ¡Miren se van a mi parcela y hacemos un asado y tenemos la piscina, lo vamos a pasar súper bien! Pero acá también podemos hacer el asado. Enero es buena época. ¿Enero?, está lleno de turistas.....

Y sentí que estaba ahí, presente, con nuestro pasado y tratando de ponernos de acuerdo acerca de algo en el futuro y de pronto dejó de ser importante llegar a acuerdo de cuando vernos de nuevo.
Supe que estaba viviendo un momento irrepetible, nunca más ocurrirá así de esa manera y las miré a cada una y las tuve en mi corazón y fue suficiente. Puede que tengamos otro encuentro en el futuro, pero que jamás será como ese.

Estoy agradecida y contenta de haber vivido ese irrepetible, precioso momento de varias horas con todas ellas. Siempre el momento presente es único e irrepetible y no lo podemos desperdiciar.