1/07/2009

El estado poético en la Sustentabilidad





Desperté esta mañana preguntándome si tal vez estaba siendo ingenua o demasiado inocente, una vez más, respecto a lo que yo veía como indispensable en este tema de la sustentabilidad, cuando me tropecé con unas notas que había hecho de un libro llamado “El método : “La Humanidad de la Humanidad” de Edgard Morin. En particular un capítulo llamado “Más allá de la razón y la locura” en el cual habla acerca del estado poético y de cómo este estado de: emoción, cuidado y afecto, es un estado del alma que sobrevive en las relaciones con el otro, con las comunidades, con lo imaginario, lo estético y lo lúdico.

Esa lectura más el regalo de un amigo, de sus escritos de poesía; y la lectura de algunos de sus poemas me trajeron un instante de claridad repentina. Elijo entonces, mantener esta “inocencia”. Me parece necesaria para cultivar el estado poético integrado con el prosaico y desde ahí ser capaces de trabajar para un mundo sustentable para todos.

Es este estado el que fertiliza las semillas de la inventiva, la creatividad, la originalidad, la lucidez. Es un estado de Amor.

Este estado poético, de amor por la vida, por otros seres humanos, por nuestra querida Tierra y todo aquello que existe a partir de su nutritiva generosidad y abundancia, me es arrebatado por la avalancha de información acerca de las medidas a tomar para “rescatar” al planeta de nosotros mismos. En particular, en estos días, por la cantidad de medidas y propuestas de solución frente a la crisis económica.

Veo como solemos vivir principalmente en lo prosaico, como dice Morin. Es decir ocupados de lo funcional y de la utilidad en lo que hacemos para sobrevivir, trabajar y producir para mantener lo conseguido. Todo absolutamente necesario y valioso. Sin embargo cuando no alejamos de la afectividad que significa el estado poético, las soluciones siguen siendo fragmentadas, parciales. No toman en cuenta la totalidad que somos, tanto a nivel de individuo como colectivamente.

No hay duda que lo que acontece en el mundo en estos días, como la situación en la franja de Gaza, requiere de acciones concretas, del tipo prosaico, funcionales de primera necesidad. También de conversaciones para lograr unión de voluntades y facilitar acuerdos que ayuden a evitar más muertes; de “inocentes” y de los “no inocentes”. Al final todas son vidas. Me pregunto si será posible lograr acuerdos sin la presencia del estado de amor entre los seres humanos involucrados.

Creo que esta preocupación por la sustentabilidad no podrá ser atendida en la magnitud deseada por los seres humanos mientras no integremos los distintos aspectos de nuestro ser individual /sociedad/especie; lo estético/lo lúdico/ lo imaginario; la razón/la emoción /el espíritu, para mencionar algunos.

Veo más y más programas de televisión descalificando, atacando, criticando el “sistema” de vida actual. Creo que sería más útil ir desarrollando un nuevo sistema, nuevos modelos o visiones de mundo que dejen al anterior obsoleto y no desperdiciar energías en tratar de destruir el anterior. Para esto se requiere vivir y ser desde el estado poético de amor, como en el prosaico del hacer. Necesitamos mantener nuestra integralidad y organizar nuestras capacidades de una manera diferentes como seres humanos al mismo tiempo que nos vamos adecuando a los cambios que demandan los tiempos. Amor, creatividad, imaginación y capacidad de hacer no pueden estar separados.